Ginebra, 10 de diciembre de 2017.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) es, sin duda, uno de los documentos más bellos y preciosos de la humanidad. Ratificado el 10 de diciembre de 1948, su primer artículo dice que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Es una innovación frente a otras declaraciones anteriores, como la Declaración de Derechos Humanos y del Ciudadano.

Traducido a 500 idiomas, la DUDH ha comprometido a todos los Estados existentes en el mundo para garantizar y respetar la dignidad de los seres humanos y la posibilidad de que día tras día tengamos más justicia en los aspectos sociales, económicos, políticos y culturales. Sin embargo, la DUDH es también uno de los textos menos respetados de nuestros días. Desafortunadamente, los intereses financieros de unos pocos dominan los intereses holísticos de todos los habitantes de nuestro planeta.

Incluso, si el objetivo de la DUDH es fortalecernos como sociedad, no es menos cierto que países como Arabia Saudita, Bahréin o los Emiratos Árabes Unidos tienen políticas que dificultan este objetivo. El derecho de las mujeres, el derecho a la libertad de opinión y expresión, entre otros derechos, no se tienen en cuenta en los países mencionados. El resultado se puede ver, por ejemplo, en las detenciones políticas de líderes e iconos contrarios al movimiento pacífico en Bahréin (Sheikh Ali Salman). En lo que respecta a Arabia Saudita, la flagrante violación de los principios de los derechos humanos y la concepción del estado de derecho por parte del Gobierno hacen que la seguridad jurídica haga que los juicios a menudo sean peligrosos e injustos. O la libertad de expresión y asociación en los Emiratos Árabes Unidos, lo que significa que las personas que se oponen a las políticas gubernamentales se enfrentan al desplazamiento forzado, los juicios injustos o la tortura.

Pero no es solo en estos países donde la falta de derechos humanos está presente. De hecho, países como Colombia o México son preocupantes y nos dejan con un sabor amargo cuando hablamos de ellos en el marco de los derechos humanos. En Colombia, la corrupción, los intereses económicos y la falta de voluntad política del gobierno hacen que reine la injusticia social y se violen los derechos humanos mediante asesinatos, masacres, desapariciones forzadas, desplazamiento de la población entre otros. El resultado se ve en más de 182 defensores de los derechos humanos asesinados desde la firma de los acuerdos de paz entre el Gobierno y las FARC-EP. México es también un caso similar al colombiano: las desapariciones forzosas, ejecuciones extrajudiciales, torturas, detenciones arbitrarias e inseguridad social son el pan de cada día.

Sin embargo, la DUDH dice que derechos humanos le pertenecen a cada persona humana y por lo tanto son universales. Son inalienables, preexisten el ordenamiento jurídico y siguen siendo puntos de referencias para evaluar críticamente las legislaciones nacionales vigentes. El Derecho Internacional por lo tanto está obligado a protegerlos a través de mecanismos de aplicación realistas. Esto en referencia a la resolución 41/120 de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el establecimiento de las normas internacionales en el campo de los derechos humanos.

Por lo tanto, el ICSFT hace la pregunta: "¿Si todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y deben vivir juntos en un espíritu de hermandad, donde tiene el espíritu fraterno Israel frente al pueblo palestino? ". ¿Incluso, podríamos preguntarnos si la Declaración de Balfur respeta los derechos humanos del pueblo palestino, si las decisiones de las potencias mundiales de hoy tienen la voluntad política de defender los derechos de los pueblos a vivir en paz, fraternalmente y con dignidad en un mundo que parece estar en su último aliento de felicidad? ¿No es necesario hacer un cambio drástico en las estructuras económicas, sociales y políticas para garantizar finalmente que se afirme lo que está escrito en la DUDH?

El ICSFT considera que la dignidad humana es el valor fundador de los derechos humanos. Es gracias a ella que existen la DUDH y muchas constituciones nacionales en el mundo. Desafortunadamente, tiene demasiados enemigos que hoy privilegian el poder y las finanzas sobre los derechos de los seres humanos. ¿Qué diría Martin Luther King sobre el tratamiento de los pueblos afroamericanos en el siglo XXI en los Estados Unidos? ¿Qué diría Mandela sobre la esclavitud que se está llevando a cabo actualmente en la "democracia" instaurada por los EE. UU y la UE en Libia? ¿Qué dirían los precursores franceses de los derechos humanos del siglo XVIII al ver que los principios de la República Francesa pisotean a los pueblos de otras partes del mundo con bombas que luchan contra lo que un día defendieron y que son pilares de la DUDH y del derecho a la vida?

El ICSFT se ve en el deber de alinearse en el camino de los pueblos y defender las voces de los oprimidos que hoy exigen al menos la garantía y el respeto del primer artículo de la DUDH. A los 70 años de la declaración en cuestión, el ICSFT hace un llamado a la comunidad internacional para defenderla. La organización también ratifica su compromiso con los derechos humanos, con los derechos de los pueblos a vivir dignamente, en un mundo de justicia social garantizada por una voluntad política, popular y justa para todos. DRLT